Fue una entrevista en directo el viernes 20 de diciembre, sobre las 12:00, en el informativo matinal de 7TV que presenta Begoña Ortega Cano.
Aquí tenéis la entrevista aislada del resto del programa:
Y ahora os cuento un poco cómo fue la cosa.
Era la segunda vez que me invitaban a la tele. En octubre me entrevistaron en TVT Torrevieja, pero aquellas eran unas instalaciones mucho más modestas, no intimidaban tanto. Los estudios de 7TV son imponentes.
En aquella ocasión llegué a la hora convenida con los compañeros de Mírame Teatro, nos pusieron los micros, los probamos, uno dos uno dos, y empezamos a grabar.
Esta vez fue diferente.
Me habían citado a las 11:00, con idea de entrevistarme a las 11:30.
Salí de casa con tiempo de sobra, porque no sabía cómo iba a estar el tráfico. Llegué a Molina de Segura a las 10:30.
Una chica muy amable de recepción nos pidió que esperásemos en la salita contigua.
La obedecí, pero primero fui al baño.
En la sala estuve bastante tiempo, compartiendo espacio con las personas que entraban y salían, varias de ellas caras conocidas.
La espera hizo que los nervios aumentaran. Intentaba anticiparme mentalmente a las preguntas que podía hacerme la presentadora, pero no me concentraba. Estaba con un catarro importante y la cabeza no me obedecía.
Agradecí que vinieran a buscarme para pasar por maquillaje.
Era la primera vez que me maquillaban, no tenía ni idea de cuánto se tardaba. Fue muy rápido.
Después me acompañaron a otra sala distinta. Allí conocí personalmente (habíamos hablado por teléfono) a Begoña Ortega.
Le confesé que estaba un poco nervioso y me tranquilizó.
Me explicó que iba a entrar un poco más tarde de lo acordado porque tenía una entrevista previa con un médico del hospital Morales Meseguer, José María García Santos, y que podía seguirla en el televisor.
En esa sala conocí a la diputada regional Míriam Guardiola Salmerón. Muy maja, y no lo digo porque compartamos apellido.
… 10 minutos después (soy un tipo nervioso)
Fui al baño otra vez. Por los nervios o por hacer algo.
Al regresar, me llamaron para entrar a plató. Al fin.
Antes, la última parada frente a otra sala llena de trabajadores, donde me colocaron el micro.
En los dos pasos que separaban ese punto del plató, la temperatura bajó de forma considerable. No diré que el plató parecía un quirófano, pero hacía frío. Imagino que será para que la gente no sude, por los brillos y eso.
Seguí a una chica hasta la mesa, caminando por detrás de las cámaras.
Al sentarme, noté la silla demasiado alta. Aunque la de la presentadora estaba igual, no pude evitar tocar la palanquita para bajar la mía un poco.
No funcionaba. Vino a ayudarme la chica que me había acompañado al plató («tienes que dar saltitos»), y entonces se bajó más de la cuenta y ya no había tiempo de arreglarlo: «Cuarenta segundos y entramos».
Me pilló de improviso. No sé por qué, había dado por hecho que al sentarme probaríamos los micros, como en Torrevieja, o nos demoraríamos algo más con lo que fuese, pero no, Begoña se dirigió a cámara enseguida: «Ahora vamos a hablar de cultura. Ya ha lanzado su segunda edición…».
Y empezaron las preguntas. «Cuéntanos, ¿Por qué decidiste escribir este libro?»…
Como vaticiné cuando compartí la entrevista en TVT, en esta ocasión los nervios me molestaron menos que en Torrevieja.
Aun así, al responder a las preguntas de Begoña se me secaba la garganta y tuve que beber agua un par de veces. Aunque puede que fuese cosa del catarro.
Ah, un último consejo: si lleváis un jersey blanco, quitaos el maquillaje antes de quitaros el jersey.